Foto: LFCR
En un polémico episodio tras el empate 3-3 entre Nueva Generación y Roca en el ascenso comodorense, los futbolistas Lucas Ávila y Abel Cerrudo fueron detenidos luego de la rotura accidental de un vidrio en el vestuario visitante.

El partido entre Roca y Nueva Generación por el ascenso comodorense terminó en empate 3-3, pero lo deportivo quedó en un segundo plano. Tras el encuentro, dos jugadores del elenco visitante, Lucas Ávila y Abel Cerrudo, fueron detenidos en un confuso episodio dentro del vestuario.
Según relató el técnico Armando Tula, todo comenzó cuando Ávila festejaba un gol y se resbaló, golpeando un vidrio con su celular. “Se cayó y rompió un vidrio, fue algo accidental, pero lo sacaron como si hubiera robado o matado. Fue un momento muy triste”, expresó el DT.
Pese a las disculpas inmediatas del jugador, una mujer vinculada a la institución local reaccionó de manera violenta y convocó a la Policía. En ese contexto, Cerrudo terminó involucrado y ambos futbolistas fueron esposados y trasladados a la comisaría.

“Fue algo muy triste e innecesario. Nueva Generación nunca fue un club vandálico, jamás estuvimos involucrados en hechos de este tipo”, aseguró Tula, quien defendió el comportamiento histórico de su equipo.
Los jugadores permanecieron demorados desde el sábado hasta el domingo al mediodía, cuando recuperaron la libertad tras el control de detención.
El DT adelantó que la situación será tratada en la Liga de Fútbol de Comodoro Rivadavia. “Jamás estuvimos en un escándalo de esta magnitud. Fue un accidente y lo vamos a aclarar en la Liga para que no vuelva a pasar”, cerró.

